CÓMO DIFERENCIAR NECESIDADES DE LUJOS PARA MANEJAR MEJOR TUS GASTOS

Published by Maria T on

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Uno de los problemas que enfrentamos a la hora de priorizar nuestros gastos es entender cuáles son una necesidad y cuáles son lujos, porque hemos convertido ciertos lujos en urgencias de primer orden. Por ejemplo, está la necesidad de cubrir nuestro cuerpo del frío y el sol, con lo cual solo necesitaríamos una túnica quizás o un taparabo como los indígenas. Pero una vez superada la necesidad nos vamos hacia el lujo. La ropa ya no es tan simple como una túnica sino que hay modas y estilos para todos los gustos y presupuestos. Puedes comprar un jean en un almacén de cadena super barato que cubrirá la misma necesidad de un Levi’s mucho más costoso.

 

Cuando empezamos a ganar dinero sentimos que podemos darnos esos lujos que quizás, cuando éramos estudiantes universitarios, no podíamos darnos. Aunque a algunos les pasa al revés, ahora que se casaron y tienen hijos no puede darse esos lujos que se daban cuando solteros: ropa fina, salidas con los amigos los viernes, paseos al rededor del país. Los hijos han cambiado las necesidades básicas.

 

La definición de necesidades y lujos no es estándar, objetiva y dictada. Es más una diferencia que depende de nuestro contexto social y nuestros valores fundamentales.

 

Así que este no va a hacer un discurso que resuelva la pregunta, porque esa pregunta sólo la puedes resolver tú de acuerdo a lo que te he enumerado arriba, es decir, tú contexto y tus principios fundamentales.  De acuerdo a ellas sí podemos establecer porcentajes de acuerdo a tus ingresos más adelante te cuento cómo.

 

Lo que si voy a hacer es darte las herramientas para definirlo.

 

 

Necesidades

 

Estrictamente hablando las necesidades son aquellas sin las cuales no podríamos sobrevivir. Ellas determinan nuestra existencia o no. Por lo tanto podríamos decir que son invariables sin importar donde vivas o cuantos años tengas, comer por ejemplo.

 

Nuestra necesidades básicas y primordiales son tres: comida, techo seguro y salud. Si no somos capaces de cubrir nuestras necesidades básicas nuestra vida corre peligro. Si dejamos de alimentarnos por ejemplo, nuestro cuerpo se debilita y sería propenso a desarrollar más enfermedades y posiblemente la muerte.

 

 

Ahora bien, existen muchas otras necesidades creadas por nuestro nuevo estilo de vida: un smartphone, televisores pantalla plana, mensualidades de gimnasio. Es algo que va de la mano con el avance tecnológico y científico. Para nuestros abuelos hacer ejercicio no era una prioridad ,además vivían en zonas rurales, con aire puro, su trabajo en el campo ya implicaba un desgaste físico y la alimentación era mucho más saludables ( sin químicos, pesticidas, GMF, etc) es decir, su vida era en sí más «fit». Ahora si queremos estar sanos y fuertes debemos ir al gimnasio.

 

Lujos

Los lujos entran dentro de nuestra lista de deseos. Es lo que queremos tener después de suplir una necesidad básica. Cuando no podemos adquirir ese hermoso televisor de 80 pulgadas, no vamos a morir de hambre, ni nos va dar neumonía, pero si un sentimiento de desilusión o  frustración por no poder comprarlo.

 

Nuestros deseos motivan la compra de objetos que no son necesarios y el aumento de nuestros gastos. Si fuésemos estrictos con el pago únicamente se nuestras necesidades básicas nos sobraría más de la mitad de sueldo. Pero la diferencia es que nuestras necesidades básicas han ido aumentando a medida que la tecnología nos ha hecho la vida más cómoda.

 

¡¡Imagínate vivir sin lavadora!! Ya nadie quiere pasar dos horas estregando, retorciendo y dañando el manicure cuando una máquina puede hacerlo en menor tiempo, sin esfuerzo, sin maltratar nuestras manos y ¡sin dolor de cintura!

 

Fue un lujo que se convirtió en una necesidad que nos brinda más tiempo y eficiencia.

 

Eso no quiere decir que todos los lujos son necesidades, no, no. Hay muchos lujos que se pueden obviar y que no van a afectar nuestra calidad vida, pero vuelvo y digo, depende de nuestro contexto y principios.

 

como controlar gastos

Dónde recortar

 

Normalmente, los asesores financieros nos dicen que debemos recortar todos los lujos y apegarnos a nuestras necesidades para vivir por debajo del presupuesto.

 

Creo que es una obra monumental de voluntad que puede rayar en la tacañería y la frustración de no poder darnos  gusto.

 

Tampoco creo que sea el extremo de ganar dinero como sea, para darse todos los lujos del mundo. No tiene sentido trabajar 52 horas semanales para acumular objetos costosos que no proveen satisfacción emocional.

 

 

De este lado estoy más con Ramit Sethi y David Bach. Creo que hacer recortes estrictos en lo que más nos gusta puede ser contraproducente emocional y financieramente también. Porque finalmente el dinero debe gastarse sabiamente para generar placer. De nada sirve una cuenta de ahorros a reventar si vives como mendigo y te quejas del dinero todo el tiempo.

 

 

Pero hay una visión más equlibrada y realista a este respecto. Hay veces que debemos reducir nuestros lujos pero también podemos reducir de nuestras necesidades. ¿Parece loco verdad? Pero no lo es. En ocasiones desperdiciamos dinero en nuestras necesidades y esto nos impide poder gastar en nuestros lujos por lo que el dinero nunca rinde.

 

 

 

Cómo entender tus necesidades

 

En el mundo de las finanzas personales hay  una fórmula que a mí me gusta porque no sacrificas en nada y les ha ayudado a personas como Ramit or David a construir fortuna. Si funcionó para ellos, ¿por qué no para nosotros?

 

Debes repartir tu sueldo en los siguientes porcentajes: necesidades básicas 50%, es decir el pago de tu techo, alimentación, transporte, seguro de salud y pensión. Además incluye lo que tú consideras cómo necesidad dentro de tu vida, por ejemplo un auto. Otro 20% va para tus ahorros y el 30% para lo que quieras.

 

¿Parece coherente verdad? No todo en la vida es trabajo y sacrificio, pero no todo puede ser gasto a manos llenas.

 

Ahora, tu tarea es revisar estos porcentajes y ver si aplican. Si tus necesidades básicas acaparan más del 60% de tus gastos hay algo que falla. Quizás vives en una casa muy grande para ti, en un sector costoso de la ciudad, con impuestos más altos. Es hora de encontrar un lugar o más pequeño o en una zona de menor valor.

 

No quiere decir que te vayas al Bronx de tu ciudad, sino escoger un lugar donde pagues menos con las mismas comodidades. Por ejemplo, creo que una persona soltera puede vivir perfectamente en un apartaestudio, no necesita de una casa de tres habitaciones y dos baños a menos que quiera rentar las habitaciones. Pero si no deseas cambiar de casa, ¿de dónde vas a disminuir gastos?

 

Piensa en si tus necesidades están sobrepasadas y cómo cambiarlo. Si tus necesidades no son el problema vamos a tus gustos, deseos y lujos. Puede que estés gastando de cuanta cosa se te antoja y sacas la tarjeta de crédito para pagarlo sin pensarlo dos veces.

 

La pregunta entonces es: ¿lo necesitas? ¿Para que te servirá en el futuro? ¿Tienes objetos similares? ¿Dónde están ahora, los usas? Es muy importante que  respondas estas preguntas para aprender a priorizar tus gastos.

 

 

Cuando compramos objetos es más fácil responder estas preguntas,  las cuales deberías tener en una libreta en tu bolsillo cuando sales de compras.

 

Ahora bien, los viajes están de moda y la gente se está endeudado para eso, porque los demás lo hacen, pues tú también.

 

Cuando compras tus viajes o masajes de spa la decisión de no gastar es más difícil de hacer porque te producen un sentimiento de confort, de tranquilidad y relajación.

 

La cuestión es, si fueras más organizado con tu tiempo y dinero no tendrías también tanto estrés, no necesitarías tantas vacaciones ni masajes y te sobraría dinero para hacerlo sin endeudarte.

 

Cómo diferenciar tus necesidades y lujos

¡Esta es la pregunta del millón!!! Pero no te asustes, vamos a ver. Al principio te decía que no hay una fórmula mágica. No puedo decirte que hacer en paso uno, dos y tres y ya está. ¿Por qué? Porque nuestras elecciones financieras están basadas en nuestros principios, valores y en general nuestra visión de lo que es la felicidad.

 

Pero en esta época hemos comparado la felicidad con el poder de adquirir todo cuando se nos antoje. Cómo si acumular objetos fuera razón suficiente para ser felices.

 

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Por eso para poder categorizar tus gastos y establecer cuáles son una necesidad y cuáles un lujo debes tener muy claro qué  es lo que realmente te hace feliz. Lo triste es que la mayoría de la personas no lo saben y no se atreven a hacerlo. ¿Por qué? Básicamente por miedo, miedo a perder la poca estabilidad que poseen, a empeorar, a perder sus gustos.

 

Súmale a esto la poca confianza que tenemos en nosotros mismos. Nos creemos incapaces de actuar o cambiar. Cuantas veces no se han dicho a ustedes mismos “no puedo dejar de gastar”, “no me puedo controlarme”, “no tengo la voluntad”.

 

En pocas palabras, nosotros mismos somos nuestros peores publicistas y nuestros más grandes enemigos.

 

El paso número uno entonces es definir que te hace feliz de verdad, que te motiva a levantarte todos los días, cual es la mejor versión de ti mismo, cómo te ves si cambiaras y cómo quieres que los demás te vean. ¡Así que lápiz y papel y escribir!!

 

 

Cuando lo tengas claro, el paso dos es categorizar tus gastos de acuerdo a los principios que ya has establecido y tú mejor versión de ti.

 

Separa todas tus necesidades y asegúrate que no sobrepasen el 50% máximo el 60% de tu sueldo.

 

Ojo, ten cuidado y siempre velo a la luz de tu yo ideal. No creo que para ser un excelente profesional necesites de un collar de esmeraldas o unos mocasines de mil dólares, cuando lo que debes hacer es invertir en un curso que te sirva para ascender laboralmente.

 

Quizás por tu trabajo, requieres de atención a personas y necesitas estar bien presentado por lo que tu gasto de ropa es algo necesario. Si la credibilidad de tu trabajo depende en parte de tu presentación personal o no tienes un uniforme, debes gastar un poco más en ropa. Eso no significa ir de compras cada semana, sino planear tus compras de ropa de acuerdo a los requerimientos de tu trabajo.

 

Si por el contrario usas uniforme, que sentido hay en tener una habitación repleta de ropa. Es un gasto que puedes disminuir porque trabajas cinco días a la semana con un uniforme. Pensemos como adultos razonables no como niños que no saben qué hacer con 50 centavos en el bolsillo.

 

¿Recuerdas o has visto que cuando los niños tienen algo de dinero no saben qué hacer con él? Es gracioso porque creen que una simple moneda puede comprarlo todo, simplemente porque aún no comprenden el valor del dinero. Pero tú ya no tienes ocho años ni eres un novato con su primer salario. Eres un adulto con la capacidad para decidir sobre cómo y dónde poner tu dinero.

 

Ya te había dicho que las decisiones sobre nuestras necesidades y lujos dependen de nuestro contexto. ¿Qué quiere decir eso? Quiere decir que hacemos lo de los demás hacen y eso nos permite sentirnos parte de algo. Que gastamos de acuerdo a la manera en que lo hacen las personas que pertenecen a nuestro entorno.

 

Un caso claro son los celulares. Cuando entraron en furor los celulares yo me negué a tener uno, de hecho mi primer celular fue un regalo. Luego cuando dejé “el nido”, necesité de un celular para comunicarme con mi familia y amigos porque no tenía línea fija. Se volvió una necesidad para estar comunicada. Luego me resistí a comprar un smartphone porque yo solo hacía llamadas por teléfono cortas y puntuales. Pero llegó el WhatsApp a destruir mi rebeldía tecnológica. Todos mis amigos y familiares tenían un smartphone con WhatsApp, por eso compré uno. ¡Ahora los amo porque un smartphone sirve para tantas cosas!! De hecho estoy escribiendo este post con mi teléfono!!!

 

Cómo ves, el contexto nos hace cambiar nuestras ideas de lo que es necesario. Eso me hace recordar que muchas mujeres se casan y presionan a sus novios al matrimonio cuando ven que todas sus amigas se están casando, lo que implica que no siempre toman las decisiones más acertadas.

 

Lo mismo pasa con el dinero. Volviendo al caso del celular, lo compras por la  necesidad de estar comunicado, el lujo viene a la hora de escoger el que marca quieres.

 

Yo personalmente puedo comprarme el más costoso del mercado, sería un lujo. Sin embargo lo que hice fue comprar uno muy bueno, con buena memoria y pantalla grande, lo único que me importa. Aquí no pensé en mis gustos sino que celular satisfacía mis necesidades. Y compré uno que cuesta la tercera parte de un iPhone. Creo que a la hora de gastar menos deberías ser más práctico y pensar en la utilidad que tiene cada objeto para ti.

 

Sin embargo hay otro lado de lado de la moneda cuando se trata de lujos. De cierta manera los lujos son una manera de decirnos a nosotros mismos “lo logré”. Compras ese bolso de 800 USD que te hace sentir una ejecutiva de verdad o que has alcanzado el trabajo de tus sueños. Creo que está bien hacerlo algunas veces siempre y cuando no afecte tus finanzas. Además recuerda que esa cartera no te va a sacar de apuros en el futuro, no te va a dar techo y abrigo si te quedas sin el dinero del arriendo ni va a convertir las piedras en pan cuando estés sin comida.

 

Darse lujos está bien, en una justa medida. Yo personalmente prefiero una cartera de 50usd e invertir los $750 restantes para que me dé más dinero. El uso de la cartera es el mismo sin importar la marca pero la ganancia del dinero es mayor. ¿Tú qué harías?

 

Por último

No olvides que el ahorro es una necesidad que puede darte muchas comodidades, cumplir  muchos deseos y darte ciertos lujos. Si ya has leído mis artículos antes, recordarás que he dicho que los ahorros no solo son para emergencias sino oportunidades de hacer crecer tu dinero. ¿Cómo? Pues invirtiendo. Puede ser que compres casas, un auto para rentar, tener un negocio en casa, alquilar objetos de construcción, comprar acciones, etc. Tus ahorros son la oportunidad de trabajar menos y ganar más, de retirarte antes de tiempo con más dinero o de vivir la vida que sueñas. Ojalá pudieras ahorra el 30% o 50% de tus ingresos. Pero por el momento empieza con lo que puedas que, a medida que veas crecer tus ahorros, más animado estarás para ahorrar más.

 

En resumen

 

  • Las necesidades son tus requerimientos básicos para sobrevivir.

 

  • Los lujos obedecen a tus deseos y cambian con el tiempo.

 

  • Hay lujos que se han vuelto necesidades gracias al avance de la tecnología y la ciencia.

 

  • Hay necesidades inventadas o en las cuales gastamos más de lo debido.

 

  • Darse lujos no está mal, siempre y cuando no afecte tus gastos necesarios.

 

  • Para tener claros cuales gastos son tus necesidades y cuales son lujos debes tener muy claro qué tipo de vida quieres para ti y que es lo que realmente te hace feliz.


Maria T

¡Hola! Soy Maria T y ayudo a mujeres como tú a expandir su éxito financiero. Si deseas más tranquilidad, más organización en tus finanzas, dejar de cometer los mismos errores con el dinero una y otra vez, evitar que tus emociones te controlen y parar seguir en trabajos porque te toca déjame guiarte.

9 Comments

rolando · septiembre 4, 2018 at 8:02 pm

Excelente nota..!! buenas ideas para tener mas conciencia a la hora de gastar…
Personalmente no gasto en lujos para mi en general, ya que todo va a parar en gastos de la casa y la familia. Cuando era soltero me compraba mi perfume favorito, ahora de casado, con un hijo de 8 años y otro en camino, ya no pienso en el el 212! ja, ja…
Ya comencé con algunos de tus tips, por ejemplo salir de cuentas malas y así poder generar un fondo para emergencias!!!! la tarjeta de crédito esta archivada …. saludos!!!!

    Maria T · septiembre 6, 2018 at 11:15 am

    Hola Rolando!
    Gracias por tu comentario! Si es cierto, cuando tienes hijos las prioridades cambian. Pero hay que encontrar un balance en la vida, la felicidad no es solo para quienes nos rodean sino para nosotros mismos. Cuando tenemos un orden en nuestras finanzas es más fácil hacer que el dinero dé para todo! Una vez organices tu dinero busca formas de generar ingresos extra, eso hará una gran diferencia y te permitirá cubrir tus necesidades y darte a ti y a tu familia esos pequeños lujos que nos hacen sentir especiales! Un abrazo!

Jisela · septiembre 5, 2018 at 11:55 am

He dedicado tiempo a leer tu página de veras me encanta demasiado, te felicito! Me queda mucho por aprender, me gustaría que fueramos amigas también soy de Colombia quiero aprender aún más… escribeme a mi correo , si puedes envíame .as post para descargar

    Maria T · septiembre 6, 2018 at 11:19 am

    Hola Jisela!

    ¡Muchas gracias por leerme! Con mis artículos espero motivar a muchas personas a generar un estilo de vida más consciente, más libre y más feliz. Creo que todos podemos ser los arquitectos de nuestra riqueza, a veces solo necesitamos un empujón, ojalá para muchos sea mi blog ;). Puedes escribirme cuando quieras a través de mi blog o facebook! Un abrazo!

Susana Sánchez Dominguez · septiembre 6, 2018 at 3:53 am

Totalmente de acuerdo !
Me encanta el blog , gracias por compartir .

Un saludo.

    Maria T · septiembre 6, 2018 at 11:25 am

    Hola Susana!
    ¡Muchas gracias! Espero que este artículo te inspire a ser mejor en el manejo de tu dinero cada día. Creo que lo más importante es tener claro que realmente nos hace feliz. Cuando lo hacemos, es más fácil dejar de desperdiciar dinero y comenzar a invertir en nosotros mismos, un lujo de vez en cuando no hace daño! Un abrazo!

Ana · septiembre 24, 2020 at 4:47 pm

Hola!! Me encanta lo que escribes! Te leo siempre desde Uruguay, me ha sido muy útil todos tus concejos financieros gracias!!!

100 CONSEJOS PARA AHORRAR DINERO TODOS LOS DÍAS - FrugalyAbundante · diciembre 9, 2020 at 3:06 pm

[…] Si tienes hijos y sales con ellos, explícales antes de salir de casa que no van de compras y cuál es el propósito de la salida. Cuando preparas a tu hijo para lo que viene tendrá más claro cómo debe comportarse (te lo digo yo que fui profesora de primaria). Recuerda no ceder ante su pataleta y habla constantemente con él sobre la diferencia entre lujos y necesidades. […]

dejar de preocuparse por dinero - Soy Maria T · agosto 23, 2023 at 5:02 pm

[…] problema es que a menudo confundimos nuestras verdaderas necesidades con deseos. Por ejemplo, podríamos caer en la trampa de la modestia: “Oh, no debería comprar esto porque […]

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